martes, 18 de junio de 2013

Las etnias de Europa Oriental.

EUROPA ORIENTAL 

Europa Oriental o Europa del Este está conformada actualmente por los siguientes países:

·         Polonia
·         República Checa
·         Eslovaquia
·         Hungría
·         Rumania
·         Bulgaria
·         Bielorrusia
·         Ucrania
·         Moldavia
·         Rusia
·         Bosnia-Herzegovina
·         Croacia
·         Eslovenia
·         Montenegro
·         República de Macedonia
·         Serbia

Los pueblos eslavos son el grupo étnico más numeroso de Europa, formando parte del gran mosaico étnico de Europa oriental. Viven principalmente en Ucrania, Bielorrusia, Rusia, Polonia, (Checoslovaquia, Yugoslavia y Bulgaria).

Los grupos que ocupan hoy día Europa Central y Oriental han desarrollado adaptaciones culturales regionales y se les conoce por las variantes de la lengua eslava que hablan, misma que se subdivide en: eslavo oriental (ruso, ucraniano y bielorruso), eslavo occidental (polaco, checo, eslovaco, lusaciano o soravo y kashube), eslavo meridional (búlgaro, serbocroata, esloveno y macedonio). En la actualidad estos grupos tienen diferente importancia con respecto a la población total de cada nación.


Por su parte, la población rumana se ha conformado por un pueblo cuya raíz cultural y lingüística latina se ha conservado a lo largo de siglos, rodeada por pueblos eslavos y magiares (húngaros). Sin embargo comparte rasgos culturales con sus vecinos, derivados de su fuerte tradición agrícola y de pastoreo.
La región muestra una gran variedad tanto de climas como de calidad de la tierra donde se cosechan diferentes productos: la papa y el heno en Polonia, el maíz, el trigo y las uvas del valle del Danubio; el algodón y el tabaco en Bulgaria; cítricos, aceitunas y hortalizas en Yugoslavia y cereales en el extremo oriental. Esta tradición campesina se refleja en rituales propiciatorios, como la ofrenda de huevos en Pascua. En la antigüedad se teñían con sangre de animales, y actualmente se decoran con pintura policroma.

En el pasado sus aldeas se encontraban en el centro y este boscoso de Europa. Ganaban terreno al bosque mediante la práctica de la agricultura de tala y quema. El mobiliario se elaboraba en madera. En el siglo III de nuestra era se dieron grandes migraciones hacia el occidente de Europa provocadas por la incursión de pueblos bárbaros.

Tal vez la institución social más característica sea la gran familia, regida por un varón, que incluye a todos sus descendientes y que recibe el nombre de zadruga. En el trabajo y en el consumo actúan como una unidad doméstica, como es el caso de la elaboración de textiles de lino. En una de las casas más grandes de la aldea las mujeres hilaban mientras los hombres más viejos contaban leyendas, cuentos, narraciones, adivinanzas y se cantaban canciones populares. La importancia del trabajo textil destaca en todas las regiones eslavas.

El centro de la zadruga es la casa donde vive el jefe del hogar con su esposa e hijos solteros. Los hijos casados viven en dormitorios separados congregados alrededor de la casa principal. El prestigio y poder de una zadruga se relacionaba con el número de sus miembros, así se favorecía el matrimonio con mujeres de otra familia, en caso de que enviudaran era frecuente que un pariente del difunto la desposara para impedir que saliera de la zadruga. La novia confeccionaba y bordaba su ajuar, entre más variado fuera, la doncella era más codiciada. El ajuar se guardaba en arcones especiales que se colocaban a los pies de la cama.
La zadruga y sus miembros llevaban el nombre del fundador de la familia comunal. Esta institución se conserva en Serbia, y hasta hace poco existía en otros lugares de Yugoslavia, Polonia, Bulgaria y Bielorrusia. Con la adopción del cristianismo esta tradición patriarcal se traduce en la veneración al santo patrono de la aldea, que se festeja a la par que los ancestros. Era común encontrar imágenes de éste presidiendo la casa.

La unidad doméstica se adaptaba a una economía mixta, agrícola y de pastoreo. Una parte de los hombres adultos podía ausentarse para dedicarse al pastoreo y al comercio de ganado. En algunos museos de Europa oriental se aprecian objetos de uso diario como cencerros para el ganado (sala búlgara), recipientes para batir leche, moldes para mantequilla (salas rumana y polaca). Además de servir a la organización del trabajo, la unidad doméstica fue un símbolo de identidad que en ocasiones se ha manifestado a través de conflictos de pertenencia nacional.  

LA PROCEDENCIA DE LOS ESLAVOS

La procedencia de los eslavos es un proceso muy largo y antiguo. Los eslavos son un grupo de tribus que se establecieron en la actual Europa desde los tiempos más remotos. La ciencia moderna establece que los colectivos humanos que aparecen en Europa hacia el quinto y el sexto milenio antes de nuestra era son los llamados indoeuropeos. Es difícil decir de dónde vienen, pero muchos dicen que proceden de Asia. Poco a poco se expanden por toda Europa: oriente, centro y occidente. A medida que se expanden por las diversas condiciones y climas, van tomando las particularidades de cada tribu que encuentran. Comienzan a diferenciarse en la forma de vida, de costumbres, de lengua, etc. El protoindoeuropeo tuvo dialectos, que gradualmente se fueron diferenciando y adquiriendo una independencia cada vez mayor. En el milenio cuarto a. C. se empiezan a diferenciar las tribus indoeuropeas en:

·         Grupo Nórdico o Escandinavo: antepasados de suecos, noruegos;
·         Grupo Occidental: antepasados de celtas, germanos, francos;
·         Grupo Meridional: antepasados de los pueblos griegos e itálicos;
·         Grupo Oriental: antepasados de Iranios, armenios, eslavos.

Los datos arqueológicos nos ayudan a definir el lugar de los eslavos. Muchos historiadores actuales hablan de una patria inicial de eslavos en la cuenca media del Vístula; otros hablan de que la patria es la zona entre el Vístula y el Dnieper. La cultura arqueológica (alfarería) se conservó en los territorios de las actuales Polonia y Ucrania. Aquí ya encontramos tribus que se dedican al cultivo de la tierra.

Fueron el grupo étnico más numeroso de todos los europeos, con una población superior a los 250 millones, distribuido principalmente por Europa oriental y central, la mayoría por la península de los Balcanes y más allá de los Montes Urales en Asia. El grupo lingüístico eslavo, con multitud de dialectos, forma parte de la familia de las lenguas indoeuropeas. Desde el punto de vista lingüístico, el grupo se puede dividir en: la rama eslava oriental, formada por el ruso, el bielorruso y el ucraniano; la rama eslava occidental, que abarca al polaco, el checo y el eslovaco; y la rama eslava meridional, que engloba al esloveno, el serbocroata, el macedonio y el búlgaro.
Orígenes 
Los antiguos eslavos eran agricultores y pastores que vivían en las zonas pantanosas y en los bosques de lo que es actualmente el este de Polonia y el oeste de Rusia, Bielorrusia y Ucrania. A partir del 150 d.C., los pueblos eslavos comenzaron a expandirse en todas las direcciones. Hacia el norte, siguieron los cauces de los ríos a través de los bosques de Rusia, y ocuparon los territorios poblados por los pueblos fineses y bálticos, a muchos de los cuales absorbieron. A medida que fueron invadiendo gran parte de la Europa central, en dirección oeste, toparon con los grupos germánicos y celtas. En el siglo VII, los grupos eslavos habían llegado por el sur hasta los mares Adriático y Egeo. En el transcurso de los dos siglos siguientes se asentaron en la mayor parte de la península de los Balcanes, que entonces formaba parte del Imperio Bizantino; ahuyentaron a las poblaciones indígenas o esclavizaron a pueblos foráneos, como los búlgaros. A finales del siglo XVI los rusos, por el este, se habían asentado más allá de los Montes Urales en Asia y, en el siglo XIX, la cultura eslava había llegado hasta el Océano Pacífico.

LAS LENGUAS EN EUROPA ORIENTAL

 En lo que respecta a las lenguas que se hablan en la región de Europa Oriental, destacan las siguientes representadas en el mapa:
 

Como se puede observar, destaca que en la mayor parte de Europa Oriental se dominen las lenguas eslavas en sus diferentes modalidades como eslavo oriental (ruso, ucraniano y bielorruso), eslavo occidental (polaco, checo, eslovaco, lusaciano o soravo y kashube), eslavo meridional (búlgaro, serbocroata, esloveno y macedonio).
Las lenguas eslavas tienen su origen en el indoeuropeo y constituyen un grupo lingüístico muy coherente que se extiende por el este y centro de Europa y el noreste de Asia; además, existen comunidades eslavas en Europa occidental y Norteamérica. 
Hoy día todavía no está muy claro el lugar de origen de los pueblos eslavos, aunque se puede afirmar que una parte de ellos está relacionada con la civilización lusaciana, afincada en las proximidades de Gniezno algunos siglos antes de la era cristiana. Ya en el siglo d. C., Plinio el Viejo y Tácito hacen referencia a los veneti («vénetos»), los vecinos orientales de los germanos. Y una centuria más tarde, Claudio Tolomeo utiliza por primera vez el término suoveno raíz del gentilicio eslavo.

Según estos documentos, el área geográfica que ocupaban aquellas comunidades eslavas primitivas se situaría al norte de los Cárpatos, entre el curso medio del Vístula y del Dniéper, al norte y sur de Kiev. A partir de ahí, comenzó una rápida expansión que las llevó hasta las orillas del Danubio (siglo vi d. C.). En este punto, aunque los eslavos estaban repartidos en distintos grupos, la lengua que manejaban era la misma, con variaciones dialectales de escasa importancia.
Entre los siglos IX y XII, cuando empezaron a crearse los estados eslavos, las diferencias diatópicas se agudizaron: el resultado de la reestructuración del sistema vocálico no fue igual en todas las regiones y dio lugar al desarrollo de lenguas diversas que, grosso modo, se corresponden con la división actual. Pero aparte de ese fenómeno lingüístico, otras circunstancias —de orden histórico y cultural (influencia extranjera)— intervinieron en la progresiva fragmentación que separó, por un lado, a los eslavos del Sur y del Oeste y, por otro, a los del Sur y el Este.
La Iglesia eslavona, instaurada en el siglo IX por obra de los apóstoles griegos Cirilo y Metodio (a requerimiento de Rotislao), dotó a los eslavos de alfabeto (el glagolltico, base del cirílico) y de una lengua litúrgica (el eslavón). En la misma época, tanto los búlgaros como los serbios se convirtieron también a la ortodoxia griega, y en el siglo X, los croatas y los polacos abrazaron el cristianismo pero adoptaron el rito de Roma. Unos cien años después, la Iglesia ortodoxa se apartó de la romana, cisma que tuvo como consecuencia la separación de eslavos ortodoxos (de alfabeto cirílico) y eslavos católicos (de alfabeto latino). Actualmente, el rasgo que establece más diferencias entre las lenguas eslavas es de la representación gráfica: los pueblos de tradición ortodoxa (ruso, bielorruso, ucraniano, macedónica y serbio) utilizan la escritura cirílica; los de tradición católica o protestante (polaco, checo, eslovaco, esloveno y croata), la latina (a la que algunas lenguas añaden diagramas y signos diacríticos); la glagolítica ha caído en desuso y solamente tiene un interés histórico.

Clasificación de las lenguas eslavas
Los idiomas eslavos no descienden directamente del indoeuropeo, sino del protoeslavo, más próximo a la lengua madre (de la que se segregó tardíamente, entre los siglos V y VIII d. C.). El protoeslavo ha sido reconstruido gracias a la lingüística comparada. Nos podemos hacer una idea aproximada de él a través del eslavo antiguo (o macedonio antiguo de Tesalónica), conocido por las traducciones de los Evangelios y de los textos litúrgicos griegos que llevaron a cabo los antes mencionados Cirilo y Metodío. Esta lengua sagrada ha continuado utilizándose en las iglesias ortodoxas, si bien ha experimentado algunos cambios para adaptarse a los tiempos.

En esencia, el protoeslavo no se distinguía de la rama báltica y, de hecho, algunos estudiosos han hablado de un antepasado común al que denominan baltoeslayo. A partir de ese antepasado, se formaron tres subgrupos fundamentales: 
• Las lenguas eslavas del Sur, que incluyen: el serbocroata y esloveno en Eslovenia, Croacia, Serbia y regiones adyacentes; el búlgaro en Bulgaria y zonas colindantes; y el macedonio en Macedonia, Yugoslavia y lugares vecinos de Grecia.
• El eslavo occidental, que comprende el checo y el eslovaco en Checoslovaquia, el lusaciano en Alemania y el polaco.
• El eslavo oriental, que abarca el ruso, el ucraniano y el bielorruso. 
Esta clasificación tripartita no contempla las variedades en el seno de cada lengua. De ellas, los llamados dialectos de transición o dialectos híbridos muestran ciertas semejanzas entre los múltiples idiomas eslavos (que no se manifiestan, sin embargo, en los respectivos textos literarios), las cuales explican que la comunicación entre los eslavos de diversas nacionalidades sea difícil pero no imposible. Tomadas aisladamente, existe una diferencia de grado entre las lenguas según el panorama dialectal que presentan: desde el ruso —bastante homogéneo—, hasta el esloveno —muy diversificado—. En la actualidad, los medios de comunicación de masas contribuyen a minimizar la variedad en todas las lenguas eslavas.

DIVERSIDAD RELIGIOSA
Aunque algunos defiendan la idea de que en el aspecto de la religión no hay tanta diversidad y que en Europa son de tradición cristiana, la realidad dista de esa percepción. La primera división se produjo en 1517, cuando el teólogo alemán Martín Lutero publica sus tesis de Wittenberg y se inicia la Reforma protestante que partió en dos la unidad religiosa europea. Desde entonces, toda la Europa cristiana se ve obligada a posicionarse entre la Reforma protestante y la Iglesia católica. Los Estados alemanes del Norte, los países escandinavos y Dinamarca se suman al mundo protestante, al igual que lo hacen también otras zonas de Centroeuropa y de Francia. Inglaterra lo hace a partir de 1534 de la mano de su rey Enrique VIII, que provoca el cisma de la Iglesia anglicana.


Hoy Europa Oriental se caracteriza por la existencia de dos religiones mayoritarias: el catolicismo y el protestantismo. La religión ortodoxa es la tercera religión tras el ingreso de Rumania y Bulgaria, puesto que en el primero, con unos 23 millones de habitantes, el 90% de la población es cristiano ortodoxa y el 7% protestante, y en Bulgaria, el 83% es ortodoxa y un 13% musulmana.
El Islam es la cuarta religión en Europa, con 15 millones de seguidores. De culminarse la adhesión de Turquía, un país con más de 70 millones de habitantes, de los cuales el 90% de su población es musulmana, el Islam pasaría a convertirse en la tercera religión más importante en el ámbito europeo. Por ejemplo, según los datos del "barómetro religioso" de 2008, un estudio científico basado en encuestas y patrocinado por varios medios de comunicación y universidades belgas, en Bruselas, el Islam será la religión mayoritaria en 10 ó 15 años. En la capital belga y europea la población musulmana alcanza ya el 33% mientras el cristianismo, que se sitúa en torno a un 42% de la población, se "desmorona", según el informe. En Bruselas, una de cada tres personas es musulmana. En 2005 este grupo representaba un cuarto de población. No obstante el fenómeno solamente ocurre en Bruselas ya que en el resto de ciudades belgas sólo representa entre un 3 y un 5% de la población.
Entre los países potenciales candidatos tenemos a Croacia donde prácticamente el 90% son católicos; Macedonia, el 70% son ortodoxos y el 29% musulmanes; Bosnia-Herzegovina con el 48% musulmanes, el 37% ortodoxos y el 14.3% católicos; y en Albania, el 70% son musulmanes y el 20% son ortodoxos.







BIBLIOGRAFÍA:
http://biblioteca.ucm.es/cee/papeles/01/0111.htm Consultada el 27 de mayo de 2013 a las 01:45 am


1 comentario:

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